Guinevere Pettigrew es una mujer inglesa de cuarenta y tantos años que ha trabajado como institutriz en casas y para señoras cada vez peores. Ahora mismo se encuentra casi en la indigencia y necesita desesperadamente un nuevo trabajo para poder comer. En la agencia de colocación le dicen que en esos momentos solo tienen dos ofertas de trabajo: una señora de la limpieza y una institutriz. Le dan los datos de este último empleo y allí se dirige la señorita Pettigrew. Cuando una bellísima joven vestida con un sexy salto de cama le abre la puerta, la señorita Pettigrew no puede ocultar su asombro. En ese precioso apartamento no se ve rastro de niños y la joven, Delysia LaFosse, parece ser de costumbres ligeras. Está claro que ha habido un malentendido pero la señorita Pettigrew ayuda a Delysia en una situación comprometida y todo va rodado a partir de ahí: la joven le está sumamente agradecida y, no sabiendo realmente quién es, le invita a pasar el mejor día de su vida. Con Delysia, su amiga y unos cuantos pretendientes de la bella cantante, la señorita Pettigrew conocerá unos ambientes que ni en sus mejores sueños y se verá vestida, peinada y maquillada de tal manera que no parece la señora gris por la que ella se tiene.
“El gran día de la señorita Pettigrew” es una comedia de enredos. Como tal es divertida, entretenida, chispeante y se lee a gusto, con una sonrisa en los labios.
En tan solo veinticuatro horas vamos a asistir a la transformación total de la señorita Pettigrew. La mujer gris, pobre, desaliñada, sin dinero, flaca por el hambre que pasa, sin mayores esperanzas en la vida que sobrevivir, se transforma en un cisne. Con un gran salero, se maneja con actrices y cantantes, empresarios y gente de la alta sociedad como si hubiera nacido entre ellos. Nadie diría que la última noche no cenó porque no tenía dinero para hacerlo. Con una naturalidad poco vista en los ambientes en los que se mueve Delysia LaFosse, la señorita Pettigrew, sin saber realmente lo que ocurre y de lo que está hablando, da consejos que, oye, aciertan y maravillan a todo el mundo. Delysia y su amiga acaban acogiéndola como si de una madre o, como mínimo, una tía muy querida se tratase y le abren las puertas de un mundo que maravilla a la pobre señorita Pettigrew. Pero en el que se desenvuelve como pez en el agua.
La novela transcurre en el plazo de veinticuatro horas. Sólo un día pero un día muy intenso en el que la vida de la señorita Pettigrew –y de aquellos con los que se relaciona durante ese día- va a dar un giro total.
Con un estilo ligero, rozando la frivolidad en apariencia aunque sin dejar de criticar ciertos aspectos absurdos de la sociedad en la que le toca moverse a nuestra querida protagonista, el libro se lee realmente a gusto. No es para reírse a carcajadas pero si para sonreír con una serie de situaciones equívocas que resultan muy divertidas.
La novela se estructura en dieciséis capítulos numerados que llevan por título el período temporal en el que se desarrolla (normalmente una hora; por ejemplo, el primer capítulo transcurre entre las 9:15 y las 11:11 horas de un día cualquiera). Es un narrador omnisciente quien nos cuenta la historia. Lo hace con una prosa cuidada y elegante pero también ligera y de muy fácil lectura. Hay bastante diálogo, más que narración y eso hace que la lectura sea ágil y bastante rápida. La narración es muy visual y tal parece que estemos viendo una película (de hecho, hay una película de 2008 titulada “Un gran día para ellas” que se basa en el libro) o asistiendo a una obra de teatro.
Destacar la preciosa edición de Alba que contiene bonitas ilustraciones en blanco y negro que ponen cara a los personajes.
Conclusión final
“El gran día de la señorita Pettigrew” es un clásico de la literatura inglesa, muy divertido, muy British, muy entretenido. Una novela para pasar un buen rato, sin duda.
Enlace:
https://librosquehayqueleer-..