Hojas de hierba de Walt Whitman
¡Maravilloso es partir! ¡Maravilloso, quedarse! ¡El corazón, que bombee sangre siempre igual, inocente! ¡Respirar el aire, qué delicia! ¡Hablar, andar, coger algo con la mano! ¡Irse a dormir, a la cama, contemplar la propia carne, sonrosada! ¡Tener conciencia del cuerpo, tan satisfecho, tan grande! ¡Ser este increíble Dios que soy! ¡Haber acompañado a otros Dioses, los hombres y mujeres que amo! |