Tan solo un segundo de
Virginia S. McKenzie
Durante esos minutos que pasé perdido en el tiempo, en su tacto, en el latido de su corazón, no hice otra cosa que pensar en que llevaba semanas luchando por mantener a raya mis sentimientos. Y en que, por muy estúpido que fuera, ya no tenía fuerzas para seguir haciéndolo. Entendí que por mucho miedo que nos diera, y me daba auténtico terror, arriesgar el corazón era lo que nos daba vida. Y esta no esperaba a nadie, seguía su camino, de nosotros dependía saber aferrarnos a las oportunidades que nos brindaba, para que así, en la última estación, no tuviéramos que preguntarnos 《y si...?》.