Como me gusta adentrarme en las historias sin saber prácticamente nada de ellas. He adquirido la manía de leer las novelas sin leer antes la sinopsis y debo admitir que es de lo más divertido. No sabes que vas a leer, por lo que cuando ya estás inmerso en ella, no puedes más que sorprenderte. La magia es un elemento primordial en esta corta novela, pero no como todos la imaginamos. ¿Habéis leído alguna historia en la que la magia es la habilidad de llamar a las cosas por su nombre? ¿Qué algo pueda adquirir un poder real con solo otorgándole un nombre? Yo creo que desde El nombre del viento no había topado con nada igual, así que ha sido todo un descubrimiento. La autora nos regala un mundo más bien sencillo, pero atractivo. De lo más original, es capaz de dotar de personalidad, dudas y preocupaciones a unos personajes a los que nos dará tiempo a conocer en tan pocas páginas. Se cuenta lo justo, lo necesario para disfrutar de la historia y sin dejar cabos sueltos. Es la típica novela que os recomendaría para leer del tirón, para saborear una desconexión del mundo real, para disfrutar y reflexionar con todas las enseñanzas que va dejando por el camino. A pesar de que es una historia algo compleja, la recomiendo para todo tipo de lectores. Lo que sí he sentido algo más flojo, ha sido la falta de desarrollo en algunas escenas y momentos. Aunque entiendo que al ser una historia tan corta, no se le puede pedir más, tampoco es que quite personalidad y encanto al libro, así que no le desmerece. Doy gracias a Cerbero por seguir regalándonos historias tan interesantes y novedosas como esta. + Leer más |