Animales domésticos de Teresa Viejo
He grabado los datos en un pen y me he dirigido a tu despacho. Antes de entrar me ha sacudido un escalofrío y me he quedado paralizada en el umbral. No sé, algo me sugería que no lo hiciera, que no lo cruzara, que se trataba de tu privacidad y mi obligación pasaba por repetar "tu espacio"; sin embargo, al principio nunca hubo cuartos cerrados entre nosotros. Durante un tiempo éramos una única persona, dos enfermos de amor. Pero hace tanto de esto. Hace tanto de todo.
|