Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
—Mi padre siempre dice que el humor es un arma poderosa. —Un hombre sabio. |
Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
—Mi padre siempre dice que el humor es un arma poderosa. —Un hombre sabio. |
Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
Pues, tal y como decimos por aquí, que tenga un dulce sueño.
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Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
El destino siempre nos coloca exactamente en el lugar en el que debemos estar.
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Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
Si un infarto era su destino, quizá llegara más pronto de lo que pensaba.
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Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
La tecnología ha hecho que podamos hacer los sueños realidad, como esa frase tan manida de nuestros antepasados.
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Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
Kawachi se unió al aplauso sincero, alegrándose porque aún existieran emociones verdaderas en aquel mundo de hipocresía.
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Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
Vivir y sobrevivir en la nueva era de la raza humana eran conceptos cada vez más alejados. Los Rem vivían. Los Norrem sobrevivían. Así eran las cosas.
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Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
—Hay que agradecer cada año que pasamos en este mundo. —Cada año que sobrevivimos en este mundo, querrás decir. |
Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
«No hay mayor belleza que la que otorga el sueño. Es justo ahí, en esa extrema indefensión, con todos los sistemas corporales relajados, cuando el ser humano alcanza la verdadera belleza de su especie».
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Casa de sueño y pesadilla de Silvia P. Martín
No hay mayor belleza que la que otorga el sueño, es en ese momento de extrema indefensión cuando el ser humano alcanza la belleza de su especie.
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Silvia P. Martín
Es durante el sueño cuando el ser humano alcanza la verdadera belleza de su especie.
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Silvia P. Martín
Supongo que era como un canario, una mascota que no hacía gran cosa pero que te acordabas al oírla cantar.
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48 horas antes de ser un zombi de Silvia P. Martín
Mi carne se hundió, vencida por esos dientes que me cambiarían la vida en un instante.
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48 horas antes de ser un zombi de Silvia P. Martín
El ser humano se estaba olvidando de lo que era ser humano, [...].
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48 horas antes de ser un zombi de Silvia P. Martín
La supervivencia. Esa era la verdadera amiga en los tiempos que corrían.
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48 horas antes de ser un zombi de Silvia P. Martín
El error fue que el ser humano cada vez estaba más hecho a todo. Nos sorprendían menos las cosas, enfrascados en el egoísmo y la actividad frenética de nuestra propia vida.
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48 horas antes de ser un zombi de Silvia P. Martín
[...] no importa quién fueras antes, porque ahora todos éramos iguales. Ni dinero ni fama ni influencias; en el final de todo, ya nada de eso servía.
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¿Cómo se llaman los cereales de la fábrica donde están Amelia y los demás?