De los ideales de la traducción a la traducción ideal de Ricardo Silva-Santisteban
Cuando hacia fines del siglo XIX los poetas dejaron de traducir a los clásicos, esta labor se trasladó, por el momento, a los filólogos que, desconcertados e ignorantes de la composición del verso, comenzaron a realizar versiones en prosa de los escritores griegos y latinos. Así, aparecen traductores como Luis Segalá y Estalella y Germán Salinas que vierten a Homero y a Ovidio, respectivamente, en buena prosa castellana, según opinan los entendidos, pero en la que, por desgracia, un buen lector de poesía siente que se ha asesinado a los poemas.
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