La vida es una opereta de Peter Ustinov
El presidente miró su reloj y en su rostro arrugado apareció una expresión febril y extraña que muy pocos habían tenido ocasión de ver. Así debe de haberse puesto el doctor Jeckyll cuando en su interior sintió por vez primera las agitaciones de Mister Hyde. era una mirada de irresistible vicio, de agostado deseo, una mirada de violencia incontenible que pedía liberación.
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