Su cereza de Penelope Bloom
No pude contener la sonrisa. Tenía algo muy irreverente. En circunstancias normales, esa actitud chulesca y un poco gilipollas me echaría para atrás. Esa forma de ser tan directa y cortante también me echaría para atrás. Sin embargo, con él, esa seguridad tan arrolladora hacía que esas características tuvieran un extraño encanto. También me gustaba cómo retorcía las frases y le daba un tono juguetón a la conversación. Era como un coqueteo. Era sensual.
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