Los ingratos de Pedro Simón
Nadie,nunca, bajo ninguna circunstancia, debería ver a una madre despertando así de una siesta
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Los ingratos de Pedro Simón
Nadie,nunca, bajo ninguna circunstancia, debería ver a una madre despertando así de una siesta
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Los ingratos de Pedro Simón
¿Te dejas de querer porque dejas de reír o dejas de reírte porque dejas de quererte? En mi caso creo que fue lo primero. En el caso de tu padre, lo segundo.
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Los ingratos de Pedro Simón
Yo digo que escribir es como ir a un confesionario. Solo que sin cura que te afee los pecados de las haches que pusiste de más o las jotas que te bailan.
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Los ingratos de Pedro Simón
Y si tenemos tanta suerte, ¿por qué no estás entre semana? ¿O cómo es que la Emérita no recupera el oído? ¿O por qué se va a acabar el mundo, como dice el tío?
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Los ingratos de Pedro Simón
Yo la veía feliz, radiante y guapa. A la señorita Mercedes, digo. Porque a mi madre todavía había días en que la estaba buscando.
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Los ingratos de Pedro Simón
Se puede vivir sin el marido, se lo digo yo. A veces hasta es mejor vivir sin el marido. No se puede vivir sin el hijo.
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Los ingratos de Pedro Simón
Creo que adquirí la certeza de la muerte, la conciencia de que el mundo también le podía hacer un daño físico e irreparable a los tuyos, aquel día de primavera.
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Los ingratos de Pedro Simón
De una tacada aprendí tres cosas. La primera fue que los niños también se morían. La segunda fue que las fronteras se podían mover. La tercera fue que mi madre también conocía el miedo… Y de las tres, la que más me asustaba era la última |
Los ingratos de Pedro Simón
Veníamos del silencio. Íbamos hacia el ruido más absoluto. Éramos ese viaje de sordos. Nosotros. Desmemoriados. Olvidadizos. Amnésicos. Desagradecidos. Los que nunca te dijimos siempre. Los que siempre te dijimos nunca. |
Los incomprendidos de Pedro Simón
A veces soltamos salvajadas que no pensamos. Cosas que, al minuto de ser dichas, nos dan vergüenza o miedo y que al final nos joden el sueño de esa noche.
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Los incomprendidos de Pedro Simón
Porque, si no perdonas, las tripas se te llenan de unos gusanos del otro que al final se te comen a ti.
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Los incomprendidos de Pedro Simón
Cómo darle cariño al otro si el otro lo desprecia, si el otro tira tu cariño por el retrete como una sopa que se quedó fría.
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Los ingratos de Pedro Simón
A veces crees que le das un hogar a alguien, un sustento, una oportunidad, un futuro, en definitiva. Pero es justo a la inversa :esa persona que llega de fuera es la que te lo va a dar a ti.
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Los ingratos de Pedro Simón
Los rumores. Son como un resfriado, hijo. Empiezan por una tos de nada y pueden terminar en una pulmonía. Empiezan por una desgracia seguida de otra y terminan por el sanbenito que te cuelgan en el pueblo
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Pedro Simón
Veníamos de las paredes de adobe. Íbamos hacia el papel pintado. Aspirábamos a ser goleé. Veníamos de los hijos que se bañaron en sangre. De esa pintura bélica veníamos. Mis amigos, mis hermanas y yo éramos la mercromina.
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Pedro Simón
Cuando eres niño y el tiempo se para, lo mismo pueden haber pasado dos horas que dieciocho años.
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Pedro Simón
¿Qué vas a hacer tan sola, Eme?" -Y ahora no mires atrás"-fué lo último que le escuché. -Nunca te olvidaré. -Cuánto me hubiera gustado escucharte hablar, poder oír el sonido de tu voz, una sola palabra tuya. Y que esa palabra hubiera sido mamá |
Los ingratos de Pedro Simón
No da miedo el silencio con el que vive una sorda, señorita. Da miedo el silencio con el que vive la que puede oír a las mil maravillas, pero no tiene ruidos cerca. O no los quiere. O huye de ellos como del demonio. Porque se cree que toda la vida los va a tener ahí. Y no. El primer silencio es ley de vida. No sé si me explico. El segundo silencio es la misma muerte. |
Los ingratos de Pedro Simón
No me asusta que algo esté roto aquí dentro. Lo que me asusta es que esté escacharrado lo de fuera. Saber que, aunque oyera, aunque Dios me devolviera los oídos, no tengo nada que llevarme a las orejas. Mismamente.
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¿Cómo se llama el barco ballenero en el que se narra la travesía?