El ala izquierda de Mircea Cartarescu
Después de estos vagabundeos, volvía aquí, a mi buhardilla en la cúspide del bloque rojizo de Uranus, el bloque que conocía desde la adolescencia, en torno al cual había merodeado cuando no podía imaginar siquiera que un buen día lo dejaría todo para realizar mi sueño de siempre: una buhardilla con una silla, una mesa y una cama para vivir, auroleado por la soledad, una vida fantástica. Podría intentar (como hago desde hace tres meses) volver al lugar de donde nadie ha vuelto, recordar lo que nadie recuerda, entender lo que nadie alcanza a entender: quién soy, qué soy.
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