Leyendas de guatemala de
Miguel 聲gel Asturias
𠇎s una ciudad formada de ciudades enterradas, superpuestas, como los pisos de una casa de altos. Piso sobre piso. Ciudad sobre ciudad. ‥ibro de estampas viejas, empastado en piedra con p墔inas de oro de Indias, de pergaminos espa隳les y de papel republicano! 。ofre que encierra las figuras heladas de una quimera muerta, el oro de las minas y el tesoro de los cabellos blancos de la luna guardados en sortijas de plata! Dentro de esta ciudad de altos se conservan intactas las ciudades antiguas. Por las escaleras suben im墔enes de sue隳 sin dejar huella, sin hacer ruido. De puerta en puerta van cambiando los siglos. En la luz de las ventanas parpadean las sombras. Los fantasmas son las palabras de la eternidad”.
“… absu幨vame! absu幨vame! —se o燰 la voz de la monja conversa, llegaba de ultratumba y apenas formaba las palabras—… absu幨vame, Padre, absu幨vame, yo me saqu los ojos!… Clara de Indias… se llamar Clara de Indias por mis ojos de oro… yo di mis ojos de oro para que se llamara Clara de Indias…!… liber los pies del Se隳r y me clav el garfio en lo m嫳 profundo de las pupilas que cayeron al crisol… mezcla de Cristo y Sol… del Sol de mi raza tenue, sacrificada y sacrificadora y de Cristo lo espa隳l, bravo y tambi幯 ensangrentado…”
“•n el Palacio del Sol, todo es mentira, f墎ula, nada es verdad, nada, s鏊o el Se隳r鏮 que nos lleva de la ma鎙na a la tarde, de la tarde a la noche de la noche a la ma鎙na… (Cuculc嫕 bota la cabeza en el regazo de Ya como agobiado por lo que dice, y ella empieza a acariciarle los cabellos leonados.) 澤 qu conduce, dime Se隳r del Cielo y de la Tierra, esta sucesi鏮 de d燰s y de noches, de d燰s y de noches, de d燰s y de noches? A nada conduce. A dar una sensaci鏮 de movimiento que no existe, porque el que se mueve; eres t; de vida que no es real sino ficticia y an as, patrimonio que no nos pertenece, porque somos de los que nos est嫕 so鎙ndo, sue隳s corporales, 〔sos somos!…”
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