Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
El grueso de sus críticas se dirigían a esa izquierda enemistada con la cultura democrática, la sometida al dogmatismo marxista o maoísta, y, sobre todo, a la acobarda y paralizada por el temor de ser acusada de "venderse a la reacción", que sirvió en tantos países de caballo de Troya del totalitarismo
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