Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
Decir que Camus fue un demócrata, un liberal, un reformista, no serviría de gran cosa, o, más bien, sería contraproducente, porque esos conceptos han pasado - y esa es hay que reconocerlo, una de las grandes victorias conseguidas por las ideologías totalitarias- , en el mejor de los casos, a definir la ingenuidad política, y, en el peor, a significar las mascaras hipócritas del reaccionario y el explorador
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