El corazón del daño de María Negroni
Si hay adónde ir, no hay escritura. Se va y se viene de la amnesia. Hay apenas casas de muñecas, islas, flirteos refractarios con lo excéntrico. |
El corazón del daño de María Negroni
Si hay adónde ir, no hay escritura. Se va y se viene de la amnesia. Hay apenas casas de muñecas, islas, flirteos refractarios con lo excéntrico. |