Antología de León De Greiff
Yo estoy solo. Yo estoy en mí cautivo. Todo está en mí... y en mí no encuentro nada! Sombra ilusa. Entidad galvanizada. |
Antología de León De Greiff
Yo estoy solo. Yo estoy en mí cautivo. Todo está en mí... y en mí no encuentro nada! Sombra ilusa. Entidad galvanizada. |
Antología de León De Greiff
Mi verdadera vocación es el silencio. Mi vicio incoercible, la aridez. Mi solo crimen, la soledad. La risa o la sonrisa o el rictus: tácitos glosadores de los fenómenos circundantes y del espectáculo grotesco. Tácitos, pues no es sonora mi risa -túmulo latente. |
Antología de León De Greiff
Soledad. Nada más, nada menos que mayor soledad. Cesación de mesteres absurdos... El ensueño vagando, divagando la mente a duerme-vela... ¡Oh soledad sin unidad y sin edad! ¡Oh ensueño sin pequeño, zahareño! Magia de la cogitación pasmada o lela.
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Antología de León De Greiff
Yo imagino un país, un borroso, un brumoso país, un encantado, un feérico país -de que yo fuese único ciudadano: único ciudadano. Único ciudadano: porque, en verdad, lo que no me permite transigir con estos territorios, territorios de caza (oh Deidamía, oh Fonoé), es el habitante, el "hermano" habitante...
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Antología de León De Greiff
Pereza, en mi locura sola. ¡Vagancia, en el exilio de mi Sueño irreal, de mi Sueño lontano, lontano y siempre en mí! |
Antología de León De Greiff
Vecino de la soledad -pero no de Soledad, entidad municipal de la Costa antillana, ni de la Soledad, la intimísima amiga de La Dolores-, vecino de la soledad sola, solitaria (señera en su soltura) héme ya de por vida, que para acá venía desde la primitiva originaria soledad intuida, si por regiones de tumulto y algazaras cruzó, de paso, lento y largo, en meandros, mi ir y venir y retornar y tornar y regresar y no llegar nunca en jamás. Héme ya vecino de la soledad sola, de por vida, que dure o que no dure. Yo no sé si por mucho tiempo. Sé, en cambio, que es ya para hasta nunca. |
Antología de León De Greiff
Venías de tan lejos que ya olvidé tu nombre. De afincada en lo hondo, no sé cómo te llamas. De que no te hayas ido, testigo la ceniza fría -rescoldo extinto de lo que fueron llamas arrebatadas, piras, flámulas del incendio: Venías de tan lejos que ya olvidé tu nombre. |
Antología de León De Greiff
Y enderecemos nuestras garras a la conquista de las nubes, volubles como los corazones... y -cual los corazones- inmutables. |
Antología de León De Greiff
Dónde lloras tu pena, dónde cantas tu dolor, claro amor, enhiesto amor? Tras de qué densas nubes tu angustia se reboza? De qué cenizas cubres tu corazón en áscuas? Dónde cantas tu pena, dónde lloras tu rencor, bravo amor, acerbo amor? |
Antología de León De Greiff
La ocasión nunca quiso que yo gozára de su desnudez...? Todo en sus brazos nervudos el viento pirata se lleve. Se lleve los vagos ensueños aéreos, la tórrida lascivia se lleve... |
Antología de León De Greiff
[...] "todo en sus brazos nervudos el viento se lleve, pirata...! todo así sea fugaz, nugaz, efímero y transitorio...! tornátiles sirenas: ¿vuestro hechizo no dura sino cuando es un sueño...! ¿sólo es eterno lo ilusorio? |
Antología de León De Greiff
Yo me enveneno con un recuerdo. En el violado camarín, la seda y el sutil vello y de odorante nardo discreto olor y la hora soñada... Yo me enveneno con un recuerdo. En el violado camarín, el mudo férvido amor que en las pupilas arde y el tibio zumo de la boca henchida... Yo me enveneno con un recuerdo. En el violado camarín, desnuda la grácil forma sobre el raso verde y a mí enlazada la delicia toda... Yo me enveneno con un recuerdo. |
Antología de León De Greiff
Cerca de tí, desaparece mi tedio. Cuando en tu tibia alcoba me recluyo -solos tú y yo y el rojo amor en medio-, ante el connubio y el febril desmayo, desaparece mi tedio. Cerca de tí, se fuga mi fastidio. Cuando en tu lecho penumbroso y gayo bregas de amor -contigo!- ardientes, lidio: tú toda para mí, yo, todo tuyo, se fuga mi fastidio. Cerca de tí, me liberto del odio. Cuando en tu tibia alcoba me recluyo -solos tú y yo y en íntimo episodio-, tras erótica lid y ebrio desmayo, me liberto del odio. |
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Antología de León De Greiff
Riela en mi alma tu recuerdo como la luna sobre el mar... En el silencio de mis noches oigo tu voz aletear, tu voz que me dice muy paso que no me quieres olvidar... En el silencio de mis noches, -como la luna sobre el mar- riela en mi alma tu recuerdo... Veo el undívago vibrar de las estrellas, en tus ojos... Me embriaga el cálido aromar de tu melena tenebrosa... Tu frente, -un milagro lunar- trasluce los puros anhelos de tu querer, de su ensoñar... |
Antología de León De Greiff
Riela mi alma tu recuerdo... Siento en mi boca palpitar el beso trémulo y perenne con que nos hemos de besar... Miro en tus ojos de misterio -como si fueran a llorar...- todo el poema de la vida que no pudimos realizar... En la nocturna cabellera -nardos y lirios y azahar- aspiro todos los perfumes con que quisiera aletargar mi quimérica pantomima de soñar y soñar y soñar! |
Antología de León De Greiff
Esta mujer es una urna. Y para mi alma taciturna por el dolor que la consume, esta mujer es una urna llena de místico perfume...! |
Antología de León De Greiff
Mis ojos vagabundos, mis ojos infecundos...: no han visto el mar mis ojos, no he visto el mar! |
Antología de León De Greiff
Mis labios sitibundos no en sus odres la sed apagaron: no en sus odres acerbos mitigaron la sed... Mis labios, locos, ebrios, ávidos, vagabundos, labios cogitabundos que amargaron los ayes y gestos iracundos y que unos labios -vírgenes- captaron en su red! |
Antología de León De Greiff
Estoy solo!... Estoy solo...! -Vasta sombra ciñe mi soledad, que ya delira... Mentira! No estoy solo: Ella me nombra y en sus sueños me mira! |
¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?