Una acompañante en Nueva York de Laura Moriarty
Louise, te lo plantearé lisa y llanamente. Los hombres no quieren un caramelo que ya ha sido desenvuelto. Para divertirse quizá sí, pero no a la hora de casarse. Puede que el caramelo esté totalmente limpio, pero si no tiene el envoltorio, no saben por dónde ha pasado.
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