Breve y directo Lo primero que podemos destacar de este conjunto de relatos es que es breve, sin embargo, no por ello se nos quedará corto. En sus seis relatos, la autora condensa muchas de las cuestiones que podemos bosquejar en nuestra mente en tanto que seres que vivimos en una sociedad y que, además, lo necesitamos. Es cierto que quizá no todos los relatos se nos muestren tan claros, pero no veo esto como algo negativo, sino como una petición de implicación al lector que este podrá dar según sus posibilidades. Desglose Dentro de esto, es cierto que cada relato presenta sus particularidades, pero precisamente por lo que acabo de decir, reconozco que os daré una visión muy subjetiva de cada uno. Es decir, que os contaré lo que me ha removido cada narración. • «Epifanía» Un relato muy curioso, cuyo tema queda a gusto del lector. Sin embargo, esto no es del todo cierto, aunque lo que sí que lo es, es que la autora nos invita a tomar postura sobre lo que sucede. Durante todo el relato la imaginación está potenciada y eso nos asusta, ¿qué es lo que está pasando? Es lo que se pregunta tanto la protagonista y el lector y mientras las palabras se suceden y avanzamos para saber qué es lo que ve el resto de personajes, nuestro cerebro está ya dando solución al final del relato. Lo dicho, muy curioso e interesante por la capacidad que nos otorga de temer y saber al mismo tiempo. Signifique lo que esto signifique. • «Los gusanos de seda» Para mí ha sido un relato que nos ayuda a entender qué es la muerte. En él no se niega que esta nos ataque, no se niega que nos pueda dar miedo e incluso que queramos ocultarla. Sin embargo, es terrorífica pero, al final, se llega a entender. • «Todo lo que ardió» Quizá, el relato que más descolocada me ha dejado. En realidad, me da la sensación de que el recuerdo es el tema fundamental, que se incide en la creación y pérdida de los mismos. • «Los seres diminutos» Con este relato nos acercamos al género del terror. Me ha gustado mucho porque, aunque podía adivinar el final, la manera de desvelarlo ha sido muy relajada. No ha habido crisis ni mirada a cámara con la gran revelación. Una tensión muy bien llevada. • «La piel de la ballena» En este relato, nos acercamos a dos ideas, aunque la relación entre ambas creo que es cometido del lector completarla. Por un lado, tenemos la cuestión de la transformación de nuestro propio cuerpo cada mes y, por otro, y asociado a mi entender con nuestra cercanía a la sangre, lo que podemos esconder debajo de nuestra fachada social, en este caso mencionada con la metáfora de la piel de ballena. Ambas ideas se unen en la figura de Luisa, un ser que nos resulta ajeno, pero con el que podemos llegar a empatizar en el impulso que la invade. Que siempre diré que nos invade a todos. • Patas de rama Relato que da nombre a todo el conjunto. Me ha parecido un relato muy bello, el cual nos abre sus letras para que lo interpretemos. Para mí, en él podemos ver cómo nuestra infancia nos transforma, bien en nosotros mismos, bien en lo que se nos exige ser. La pequeña Nora hace su elección y, aunque esta nos pueda parecer cruda y terrorífica, para ella era la única salida posible. Estilo y fantástico De manera general, son relatos que si bien no son de fantasía, sí tienen un elemento fantástico que podemos saborear y que irá en aumento hasta llegar al último relato. Y me refiero a elemento fantástico, entendido este en sus orígenes literarios: eso que no podemos explicar del todo de manera racional, pero que es «posible» en la realidad, explicado de otra manera. En «Epifanía» se ve muy claro y en «Los seres diminutos», a pesar de que aparecen seres, sabemos que podemos explicarlos. Esto convierte los relatos en un experiencia que incomoda al lector en tanto que se puede identificar con esos sucesos: esa vocecilla que nos inclina a lo incorrecto; esa necesidad de desatar todo nuestro interior, aunque sea mediante la locura o la risa; esos recuerdos que dejamos que nos invadan, ese conflicto interior que nos lleva a trasportarlo a los demás… Y cuando llegamos al relato final, como comentábamos, ya estamos preparados para adentrarnos en la fantasía que explica nuestra infancia. Por su parte, el estilo de la autora es muy interesante. Sin una gran complejidad léxica, nos propone conceptos a los que no llegamos de primeras, gracias a la creación de imágenes tan extrañas como cercanas. Es ahí justo donde deja al lector desarrollarse y decidir si lo que le plantea lo conoce o no. En este aspecto, sí creo que no es una lectura para todos los públicos, es exigente y, además, requiere de cierta madurez vital para entenderlo, ya que (y espero que no se me malinterprete) hay que ser un poco adulto para entender la voz de una niña y conseguir que no te arrastre tras ella. Os lo recomiendo sabiendo que os lanzáis a una lectura que os compromete como lectores, pero que a la vez nos hace libres de pensar lo que a veces pensamos. Espero que os guste. Enlace: https://ellibroenelbolsillo... + Leer más |