Hija de humo y hueso de Laini Taylor
No luches contra monstruos no sea que te conviertas en uno de ellos. Y si miras largo tiempo dentro del abismo, el abismo también mirará dentro de ti.
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Hija de humo y hueso de Laini Taylor
No luches contra monstruos no sea que te conviertas en uno de ellos. Y si miras largo tiempo dentro del abismo, el abismo también mirará dentro de ti.
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Hija de humo y hueso de Laini Taylor
Lo que Kaz sintió no fue sorpresa, sino celos. Karou estaba volando, no cabía duda, pero acompañada. Se encontraba junto a un tipo que, Kaz tuvo que admitir —aunque para él reconocer la belleza en otros hombres era de homosexuales—, era guapo hasta parecer absurdo. Guapo hasta la exageración. Muy poco sofisticado, pensó cruzando los brazos. |
Sueños de dioses y monstruos de Laini Taylor
¿Qué importa cómo fuera su rostro? A su espalda, él podría estar muriendo (...) ¿Qué significado tiene la palabra «verdadero» cuando se refiere a un rostro? Solo las almas son verdaderas y cuando las sueltas al aire se desvanecen, como la de Haz y la de tantísimos otros, y la pérdida… La pérdida. Liraz se aferra el estómago con la mano. Las hogueras se apagan y el mundo se torna sombrío. ¿Cómo ha podido tardar tantos años en apreciar el valor de la vida? |
Sueños de dioses y monstruos de Laini Taylor
Aquella mañana, al alejarse volando de las cuevas (…) había imaginado mucho más que aquello. Un lugar que fuera de los dos. Una… una casa. Akiva jamás había tenido una casa, ni nada parecido. Barracones, tiendas de campamento y, antes de eso, una infancia demasiado breve en un harén. De hecho, se había permitido visualizar algo tan sencillo como si no fuera la mayor fantasía de todas. Una casa. Una alfombra, una mesa donde Karou y él podrían comer juntos, sillas. Los dos solos, y velas titilando, y podría tomar su mano a través de la mesa, solo para sostenérsela, y hablarían, y se descubrirían el uno al otro capa a capa. Y habría una puerta para dejar el mundo fuera y espacios para colocar cosas que serían suyas. Akiva apenas había sido capaz de imaginar qué cosas podrían ser. Nunca había tenido nada aparte de espadas.
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¿Quién escribió la saga?