Tinta y fuego de Kathleen K. Macmillan
Pero yo sí había cambiado. Sabía lo que se sentía al tener el corazón dormido y, ahora que se había despertado, no volvería a silenciarse.
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Tinta y fuego de Kathleen K. Macmillan
Pero yo sí había cambiado. Sabía lo que se sentía al tener el corazón dormido y, ahora que se había despertado, no volvería a silenciarse.
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Tinta y fuego de Kathleen K. Macmillan
Hacía años que había aprendido que desear algo demasiado era un modo seguro de que te lo arrebataran.
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Tinta y fuego de Kathleen K. Macmillan
Y eso era exactamente lo que sucedería si la escritura fuese un esfuerzo compartido, si tuviese la finalidad de conectar a la gente, en lugar de ser acaparada como una herramienta del poder y el privilegio.
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Tinta y fuego de Kathleen K. Macmillan
A Mati no le pasó por alto mi expresión, y un momento después estaba entre sus brazos. Sus besos me anegaron como la crecida del río anega la tierra seca. Me aferré a él, indefensa; las lágrimas rodaban por mis mejillas y se mezclaban con las suyas mientras él susurraba mi nombre.
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Gregorio Samsa es un ...