Lo que queda de mí de Kat Zhang
«¿Addie?» Su nombre fue la primera cosa que consiguió entrar en mi mente mientras me despertaba. Cuando éramos niñas —antes de los médicos, antes del miedo— siempre nos llamábamos la una a la otra según nos despertábamos. Había ido sucediendo cada vez menos mientras transcurrían los años, hasta que el hábito desapareció por completo. «¿Addie?» Estábamos tumbadas en silencio. Me estiré a través de la niebla de nuestra mente, buscando a Addie. No podía estar todavía dormida, pero a veces ella se despertaba más despacio que yo. «…¿Addie?» No contestó. Busqué con más fuerza, el miedo se agudizaba, como una fría hoja separándome de mi duermevela. |