Empecé a leer este ensayo a pequeñas dosis para acostumbrar a mi sedentario pensamiento, pero una vez activado fluí con él a buen ritmo y sin pausa. Me maravilla la capacidad que tiene Julieta Marchant de sacudir en acuoso titubeo, de interconectar pensadores clásicos y actuales, de llevar el lenguaje más allá o más acá para concebir intuiciones, zambullirse en las "casas de la cabeza", curiosear al cliché para salirse del cliché... ¡Leed a Julieta!: puede parecer que al decirlo caigo en contradictorio cliché, pero ¡es una genia! |