Que nadie duerma de Juan José Millás
En la sombría noche vuela un fantasma iridiscente. Sube y despliega las alas sobre la negra humanidad infinita. Todo el mundo lo invoca y todo el mundo le implora. Pero el fantasma desaparece con la aurora para renacer en el corazón. Y cada noche nace y cada día muere
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