Como el color del brezo de Josephine Lys
—Un muchacho que se interesa por lo que una niña de seis años pueda sentir hasta el extremo de buscarla y darle la mano para que se tranquilice y se duerma, mintiéndole al decirle que el brazo ya no le dolía para mitigar su culpa y que así dejase de llorar, no puede convertirse en otra cosa que en un buen hombre, Alec.
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