El hielo bajo tus pies de Josephine Lys
—Y no vuelvas a ponerte ese pañuelo en la cabeza, Meg McDuff. Es una orden de tu Laird. Meg estuvo a punto de responder que haría lo que ella quisiera, pero se mordió la lengua a tiempo. No había que ser avariciosa. Ya había obtenido una pequeña victoria. El demonio de Escocia le había dado la razón. |