El Paraíso perdido de John Milton
Aquí Amor sus rayos de oro envía, aquí enciende su lámpara constante, y bate sus purpúreas alas, reina y se deleita aquí; no en la comprada sonrisa de la meretriz que ofrece sin amor, sin gozo y sin cariño, una fruición carnal; tampoco en las cortes de amor, dudosas danzas, frívolos disfraces, o saraos de medianoche, o serenatas, en las que el apasionado amante canta a su bella altanera cuando mejor debiera despreciarla |