El contrato social de Jean-Jacques Rousseau
El hombre ha nacido libre y por todas partes se encuentra encadenado.
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El contrato social de Jean-Jacques Rousseau
El hombre ha nacido libre y por todas partes se encuentra encadenado.
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Jean-Jacques Rousseau: el contrato social de Jean-Jacques Rousseau
El hombre nace libre; pero siempre va cargado de cadenas.
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Emilio o De la educación de Jean-Jacques Rousseau
Es la debilidad del hombre lo que le hace sociable; son nuestras comunes miserias las que inclinan nuestros corazones a la humanidad; si no fuésemos hombres, no le deberíamos nada. Todo apego es un signo de insuficiencia: si cada uno de nosotros no tuviese ninguna necesidad de los demás, ni siquiera pensaría en unirse a ellos. Así de nuestra misma deficiencia nace nuestra frágil dicha. Un ser verdaderamente feliz es un ser solitario: sólo Dios goza de una felicidad absoluta; pero ¿quién de nosotros tiene idea de cosa semejante? Si alguien imperfecto pudiese bastarse a sí mismo, ¿de qué gozaría, según nosotros? Estaría solo, sería desdichado. Yo no concibo que quien no tiene necesidad de nada pueda amar algo: y no concibo que quien no ame nada pueda ser feliz
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
El cristianismo no predica más que la servidumbre y la dependencia. El espíritu del cristianismo es demasiado propenso a la tiranía para que ésta no saque siempre provecho. Los verdaderos cristiano están formados para ser esclavos, lo saben y no les importa mucho, porque esta vida tan breve tiene poco valor para ellos.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
Pero es negativa porque, al estar fundada sobre el error y la mentira, engaña a los hombres, les hace crédulos y supersticiosos, y ahoga el verdadero culto de la divinidad en un vano ceremonial. Es nociva también porque, al hacerse exclusiva y tiránica, convierte al pueblo en sanguinario e intolerante de modo que no respira más que homicidio y masacre, y cree realizar una acción santa cuando mata a quien no admita sus dioses y sus leyes. No es legítimo afirmar los nudos de una sociedad particular a expensas del resto del género humano.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
No es que se hayan establecido muchos gobiernos durante esas tempestades, pero fueron los mismos gobiernos los que destruyeron el estado. Los usurpadores ocasionan o eligen siempre esos tiempos de desorden para hacer pasar, aprovechando el terror público, leyes destructivas que el pueblo no aceptaría jamás en frío; y puede decirse que el momento de la institución es uno de los caracteres más distintivos de la obra del legislador o del tirano.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
El hombre ha nacido libre y, sin embargo, por doquier está encadenado. Se cree el dueño de los demás y no deja de ser más esclavo que ellos. ¿Cómo se ha producido tal cambio? No lo sabemos. ¿Qué es lo que puede legitimarlo? No es imposible decirlo. Si yo sólo considerara la fuerza, como hacen los demás, diría: en tanto que el pueblo es obligado a obedecer y obedece, hace bien; tan pronto como puede sacudir el yugo lo sacude, hace aún mejor. Porque al recobrar su libertad por el mismo derecho que le había sido arrebatado, o tenía buen fundamento para retomarlo, o no lo había para quitárselo. Pero el orden social es un derecho sagrado que sirve de base a todos los demás; por tanto, ese derecho no tiene su fuente en la naturaleza; por tanto se funda sobre una convención.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
[...] las virtudes sociales de las almas puras, que constituyen el verdadero culto que quiere de nosotros, siempre escaparán a la multitud. Le fabricarán, pues, dioses insensatos como ella, a los que sacrificará leves comodidades para entregarse en su honor a mil pasiones horribles y destructivas. La tierra entera rebosaría de sangre y el género humano perecería en poco tiempo si la filosofía y las leyes no contuvieran los furores del fanatismo, y si la voz de los hombres no fuese más fuerte que la de los dioses.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
[...] la vida feliz de la edad de oro fue siempre un estado ajeno a la raza humana, o bien porque la desconoció cuando pudo gozarla, o bien porque la perdió cuando pudo conocerla.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
¿Quién puede haber imaginado sin temblar el sistema insensato de la guerra natural de todos contra todos? ¡Qué extraño animal sería aquel que creyera que su bienestar depende de la destrucción de toda su especie! Y ¿cómo concebir que tal especie, tan monstruosa y detestable, pueda durar siquiera dos generaciones? He aquí hasta dónde han conducido el deseo, o más bien el furor, por establecer el despotismo y la obediencia pasiva a uno de los más grandes genios que han existido. La justificación de un príncipe tan feroz para ser su objetivo.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
Veo pueblos desgraciados gimiendo bajo el yugo de hierro, al género humano aplastado por un puñado de opresores, una multitud depauperada postrada por el dolor y el hambre, cuya sangre y cuyas lágrimas bebe el rico tranquilamente, y por doquier el fuerte está armado contra el débil por el formidable poder del derecho.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
[...] un buen gobierno no necesita ni de tropas ni de aliados, mientras que uno malo se hace aún peor cuando se apoya en tales sostenes.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
El fin del gobierno es el cumplimiento de la voluntad general; lo que le impide alcanzar este fin es el obstáculo de las voluntades particulares.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
Pero siempre que se trata de un verdadero acto de soberanía, que no es más que una declaración de la voluntad general, el pueblo no puede tener representantes, porque le es imposible garantizarse de que éstos no van a sustituir su voluntad por la suya, ni que no van a forzar a los particulares a obedecer en su nombre órdenes que ni el pueblo ha dado ni ha querido dar. Crimen de lesa majestad del que pocos gobiernos están libres.
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Escritos políticos de Jean-Jacques Rousseau
Me gusta imaginar que algún día todo hombre de estado será ciudadano, que no cambiará las cosas únicamente para obrar de modo diferente de su predecesor, sino para conseguir que las cosas vayan mejor, que no tendrá siempre en la boca la felicidad pública, sino que la tendrá al menos un poco en el corazón. Que no acarreará la desgracia a los pueblos para afirmar su autoridad, sino que usará su autoridad para propiciar la felicidad de los pueblos.
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La nueva Eloísa de Jean-Jacques Rousseau
¿Me has visto desear con tan poca fuerza que has decidido licenciarme? ¿He dado prioridad a mis fogosos deseos frente a tus voluntades supremas? ¡No! ¡He vivido para complacerte, y me abandonas! ¡Te habías hecho cargo de mi felicidad, y ahora te olvidas de mí!
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La nueva Eloísa de Jean-Jacques Rousseau
¡Ay, Julia!, créeme, buscarás en vano otro corazón amigo del tuyo. Miles te adorarán, sin duda; sólo el mío sabía amarte.
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La nueva Eloísa de Jean-Jacques Rousseau
¿Por qué no hice caso a mis presentimientos, tras aquellos rápidos instantes de pura delicia, cuando no vi ya nada en la vida que me hiciera desear prolongarla? Sin duda, tenía que haber limitado mi existencia a aquellos tres años, o bien eliminarlos por completo.
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La nueva Eloísa de Jean-Jacques Rousseau
(La carta) te la daré en cuanto nos veamos porque yo no sabría qué hacer con ella; está demasiado bien grabada en el fondo de mi corazón como para que necesite releerla algún día.
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La nueva Eloísa de Jean-Jacques Rousseau
La bondad y la honestidad no dependen del buen juicio de los hombres sino de la naturaleza de las cosas, y aunque toda la tierra aprobara la acción que cais a llevar a cabo, no por ello sería menos vergonzante.
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Gregorio Samsa es un ...