En el corazón del bosque de Jean Hegland
Junto con la preocupación y la confusión brotó un sentimiento enérgico, liberador. Las viejas reglas habían quedado temporalmente suspendidas, y resultaba excitante imaginar los cambios que sin más remedio surgirían de aquel caos, lo que la gente habría comprendido —y corregido— cuando las cosas empezaran a funcionar otra vez.
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