El infinito en un junco de Irene Vallejo
Los cambios provocaban ansiedad. Empezó a cundir el desarraigo, la sensación de estar desplazados, de vivir perdidos en un universo demasiado grande, gobernados por poderes lejanos e inaccesibles. Se desarrolló el individualismo; se agudizó la sensación de soledad [...]. Florecieron al mismo tiempo el escepticismo y la superstición; la curiosidad y los prejuicios; la tolerancia y la intolerancia
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