El infinito en un junco de Irene Vallejo
Los más de diez mil bibliotecarios que trabajan en España alimentan nuestra adicción a las palabras. Son los guardianes de la droga. A ellos les confiamos la suma de nuestros conocimientos y nuestros sueños, desde los cuentos de hadas a las enciclopedias, desde los opúsculos eruditos a los cómics más canallas.
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