Aunque no sea mi género más leído, me ha encantado tener la oportunidad de dejarme llevar por el encanto de la poesía de Ian Cuervo, autor que ya me había fascinado con una novela de fantasía, pero cuya pluma, a pesar de ser temáticas diferentes, considero que es muy reconocible. Hay una cierta oscuridad en ambos libros, sin embargo, cargada de belleza. “Rey de crepúsculos y cenizas” es una obra que contiene treinta y dos poemas breves, pero de gran intensidad. Reconozco que he leído el libro dos veces, la primera no pude evitar hacerlo de una sola vez, pero la segunda me dejé llevar por todo lo que traslada cada uno de los escritos y lo disfruté mucho más de esta manera. Cabe señalar que el título, además de dar nombre a una de las composiciones, es muy gráfico acerca del tono general de la compilación. La primera sensación que tuve es que es una poesía de gran fuerza y sentimientos muy intensos. Leyendo la dedicatoria tenemos la clave del porqué de la melancolía que traslada la obra y de esa rabia impresa en muchas de sus líneas que, ante todo, hablan sobre la pérdida, especialmente de aquella que se presenta prematuramente. De esta manera, la presencia de la memoria es palpable en todos sus versos y, aunque trasciende esa desilusión que en ocasiones parece tornar en desesperación, también nos hace partícipes de sentimientos bellos y profundos. Igualmente diría que es una poesía cargada de inconformismo, el autor se cuestiona numerosos aspectos reflexionando ampliamente sobre ellos. Pienso que incluso la propia escritura del libro, más allá de lo que transmite con tanto ardor, es una forma de pasar ese duelo con el que nos podemos sentir perfectamente identificados cuando la vida nos pone situaciones verdaderamente injustas ante nosotros. En definitiva, y aunque a cada lector le puede evocar diferentes sensaciones, Ian Cuervo nos ofrece una dolorosa visión sobre la muerte y sus estragos para aquellos que quedamos atrás con el alma desgarrada. + Leer más |