La bestia del corazón de Herta Müller
Se dijera lo que se dijera, siempre era definitivo. Con las palabras en la boca aplastamos tantas cosas como con los pies sobre la hierba, así era cualquier despedida.
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La bestia del corazón de Herta Müller
Se dijera lo que se dijera, siempre era definitivo. Con las palabras en la boca aplastamos tantas cosas como con los pies sobre la hierba, así era cualquier despedida.
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