Todo lo que tengo lo llevo conmigo de Herta Müller
Yo no necesitaría la pala del corazón. Pero mi hambre depende de ella. Yo desearía que la pala del corazón fuera mi herramienta. Pero es mi dueña. La herramienta soy yo. Ella manda y yo me someto. Y sin embargo es mi pala preferida. Me he obligado a quererla. Soy sumiso, porque ella es para mí una dueña mejor si soy dócil y no la odio. Tengo que estarle agradecido, porque cuando paleo por el pan, me distraigo del hambre. Como el hambre no desaparece, ella se encarga de que el palear se sitúe delante del hambre. Cuando se palea, palear es lo primero, porque si no el cuerpo no se hace con el trabajo.
|