Todo lo que tengo lo llevo conmigo de Herta Müller
Estamos aquí, en el sótano, porque no tenemos oficio. Aquí los únicos oficios son barbero, zapatero y sastre. Buenos oficios, desde luego en el campo los mejores. Pero o lo eres desde siempre o no lo serás nunca. Son oficios del destino. Si uno hubiera sabido que algún día iría a parar a un campo de trabajo, se habría hecho barbero, zapatero o sastre. Pero no viajante de comercio o aparejador o maestro de cianotipos. Si uno transporta mortero o bloques de escoria durante todos estos años, o palea carbón o desentierra patatas con las manos o limpia sótanos, conoce el sentido de las cosas, pero oficio no tiene. Trabajo durísimo, pero no oficio. A nosotros solo nos exigían trabajar, nunca un oficio. Éramos siempre peones, y peón no es un oficio.
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