Todo lo que tengo lo llevo conmigo de Herta Müller
Cuando llevas una eternidad sin saber nada del mundo de casa, te preguntas si deseas siquiera volver y qué esperas encontrar allí. En el campo te arrebataban el deseo. Uno no debía ni quería decidir nada. Querías ir a casa, sí, pero te limitabas a recordar el pasado, no te atrevías a añorar el futuro. Creías que el recuerdo ya era añoranza. Dónde puede estar la diferencia si siempre le das vueltas en la cabeza a lo mismo y tu mundo está tan perdido que ni siquiera lo necesitas.
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