En Tocar El Cielo conocemos a Noa Gálvez, una chica de diecisiete años que vive en Madrid y cuya rutina diaria se encuentra ligada a una silla de ruedas tras haber perdido las piernas en un accidente de coche. Un día, un olor un tanto especial la lleva a perseguir a una misteriosa joven que la guía hacia la casa de una familia de vampiros, los Dragulescu. Estos le cuenta a Noa su conexión con los vampiros y que necesitan de su ayuda para aumentar el número de vampiros pues, los cazadores de vampiros siempre han existido a lo largo de los siglos y, actualmente, la supervivencia misma de los vampiros corre un gran peligro. Noa se mostrará reticente en un principio, pero la mera idea de poder volar y tocar el cielo, le resulta sumamente atrayente... ¿Qué hará? ¿Tomará la decisión de convertirse en un vampiro? ¿Podrá volar y dejar atrás la silla de ruedas a la que ha vivido anclada todo esos años? Pero, ¿qué ocurre con los cazadores?
Es una novela de fantasía urbana centrada en los vampiros pero con un toque diferente a lo habitual en la literatura del género. Resulta interesante conocer cómo se forma el universo que ha ideado la autora, con vampiros que rompen clichés y que tratan de convivir de forma pacífica entre los humanos y temerosos de aquellos que poseen la capacidad de perseguir su rastro y aniquilarles. Me ha gustado la idea de que se les muestre como incomprendidos, humanos con cierto don especial que han de ocultar por miedo y que, en definitiva, solo quieren vivir sus vidas, sin hacer daño a los demás, ayudando y aportando al mundo lo que puedan y tratando de que su raza sobreviva y perdure.
Los personajes son muy adorables y se dejan querer enseguida. Bueno, quitando al tío Rafael, por supuesto xD. Noa es una niña que se ha visto obligada a cambiar su estilo de vida a raíz del accidente, pero al cual se ha adaptado con mucha rapidez. Es una chica que, pese a su juventud, sabe muy bien lo que quiere y lo defiende a toda costa. Sus amigos, o mejor dichos ex amigos, se burlan de ella y no le dan un trato justo desde que tuvo el accidente pero, a cambio de sentirse dolida y discriminada, Noa saca fortaleza y se enfrenta a ellos con verdades y palabras auténticas, concienciando a un grupo de jóvenes que desconocen lo que es vivir con una discapacidad en un entorno que te pone trabas nada más salir de casa y ponerte un escalón por medio. Además, es una joven también segura de su homosexualidad, abierta con su familia y bastante inteligente. Me ha gustado mucho. También tenemos a la abuela Conchi, un encanto de anciana, con sus achaques y sorpresas; Toño y Maricarmen, los padres de Noa, también un buen ejemplo de padres comprensivos y dispuestos a todo porque su hija sea feliz, dándole libertad, tratándola como una adolescente normal porque, al fin y al cabo, la silla de ruedas solo limita si los demás lo ven como una limitación. Y eso es algo que me ha gustado mucho de los padres de Noa: no ven una silla de ruedas, ven a su hija en todo su esplendor y capaz de todo.
Por el lado de los Draculescu, tenemos a Liliana, la joven a la que Noa persigue por las calles de Madrid y que pronto se convierte en su mejor amiga y confidente, es una niña adorable; Iuliana, David, Constantine, etc, son otros miembros del clan Draculescu a los que también hay que mencionar. Son una familia de vampiros especiales que, salvo por algunas particularidades como que se han de poder crema solar para salir de casa y que no pueden comer cebolla ni ajos porque les causa reacción alérgica, entre otros, pasan perfectamente por una familia normal y corriente.
Haizea ha desarrolla una novela juvenil entretenida y también reivindicativa dentro del entorno de ficción y vampirismo. Además, como ya mencionaba, deja caer muchos mensajes y comentarios que ayudan a concienciar de la sociedad en la que nos encontramos y que no está adaptada a las personas con una u otra discapacidad, como es el caso de la protagonista. Debemos crear un entorno apto para todo el mundo y eliminar del mapa las limitaciones de movilidad y accesibilidad. Debemos dejar de mirar hacia otro lado y entender que las barreras arquitectónicas existentes es un problema de todos, no solo de las personas con movilidad reducida, y hay que hacer algo al respecto.
En resumen, 'Tocar El Cielo' es una novela de fantasía urbana juvenil con un toque original y diferente en cuanto al mundo de los vampiros, que se nos muestran como seres que solo quieren encajar en un mundo acostumbrado a discriminar y alejar a los que son diferentes. Es una lectura con una trama principalmente de ficción pero que carga con un claro mensaje reivindicando la diversidad sexual, la necesidad de eliminar barreras arquitectónicas, de no discriminar por ningún motivo... En definitiva, una historia con buenos personajes, buena trama de vampiros y buen mensaje de concienciación.
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