Un hombre llamado Ove de Fredrik Backman
A él no le parecía que se pudiera ir por la vida como si todo fuera intercambiable. Como si la lealtad no tuviera ningún valor. Hoy en día la gente lo sustituía todo tan rápido que el conocimiento de cómo construir cosas duraderas resultaba superfluo. La calidad era algo de lo que ya nadie se preocupaba.
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