ANYA Y TIGRE BLANCO de Fred Bernard
Los niños no desaparecen así, por las buenas, sin dejar ni rastro en la nieve. Alguien, o algo, tenía que habérselos llevado. Pero ¿qué? En el país del Gran Blanco había cuatro estaciones. La de la nieve por encima de las botas. La de la nieve por la cintura, en que los caminaban con raquetas en los pies. La de la nieve hasta el cuello, en que los humanos se desplazan en zanjas. La de la nieve por encima de la cabeza, en que los humanos tenían que es excavar túneles. |