Páradais de Fernanda Melchor
sinceramente había pensado que todo era pura guasa del marrano, puro cotorreo, puro parloteo de borracho para llenar el aire de la noche con algo más que el humo de los cigarros que fumaban mientras bebían; el que iba a pensar que el gordo hablaba en serio, si lo único que quería era llegar a casa lo más tarde posible.
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