Todo saldrá bien de
Emilio Ortiz Pulido
Cuando en alguien la mediocridad confluye con la crueldad, la mezcla provoca siempre acciones nefastas. La diferencia, por lo general, estriba en el número de personas que se ven afectadas por ello. Un mediocre cruel puede importunar durante unos minutos a un semejante o a varios, convertirse en un asesino en serie o provocar un holocausto. El mediocre cruel se siente superior cuando las circunstancias, aunque estas sean perversas, se ponen de su lado. Estos casos vienen a dar como resultado una total indefensión de la víctima, que eleva la inferioridad del mediocre a un nivel superior, ante la oportunidad de realizar amplias acciones con escasos medios intelectuales. Para colmo, esto estimulará exponencialmente su otro cincuenta por ciento nocivo, que no es más que la capacidad de ser cruel con los demás.