Cuentos góticos de Emilia Pardo Bazán
Un murciélago, descolgándose de la bóveda, empezaba a describir torper curvas en el aire. Una forma negruzca, breve, se deslizó al ras de las losas y trepó con sombría cautela por un pliegue del paño mortuorio. En el mismo instante abrió los ojos [...], yaciente en el túmulo.
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