Un destripador de antaño y otros cuentos de Emilia Pardo Bazán
Los aldeanos no son blandos de corazón ; al revés: suelen tenerlo duro y callado como las palmas de las manos; pero cuando no está en juego su interés propio, poseen cierto instinto de justicia que los induce a tomar el partido del débil oprimido por el fuerte.
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