Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
"Medio siglo menos un lustro, victoriosamente combatido por un sastre, y mucho aliño y cuidado de tocador; las espaldas queriendo arquearse un tanto sin permiso de su dueño; un rostro de palidez trasnochadora, sobre el cual se recortaban, con la crudeza de rayas de tinta, las guías del engomado bigote; cabellos cuya ralidad se advertía aun bajo el ala tersa del hongo de fieltro ceniza; marchita y abolsada y floja la piel de las orejas; terroso el párpado y plumbea la pupila, pero aún gallarda la apostura y esmeradamente conservados los imponentes restos de lo que antaño fue un buen mozo, esto se veía en el desposado." (Pág.73).
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