En la boca del lobo de Elvira Lindo
Escuchaba su risa en la oscuridad y la mía que brotaba por contagio. La hubiera abrazado, pero hacía tiempo que había dejado de hacerlo, y cuando eso se pierde qué difícil es recuperarlo.
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En la boca del lobo de Elvira Lindo
Escuchaba su risa en la oscuridad y la mía que brotaba por contagio. La hubiera abrazado, pero hacía tiempo que había dejado de hacerlo, y cuando eso se pierde qué difícil es recuperarlo.
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