L'Aiglon de Edmond Rostand
Pues Príncipe francés nació mi hijo, debe acordarse de ello hasta la hora de su muerte. |
L'Aiglon de Edmond Rostand
Pues Príncipe francés nació mi hijo, debe acordarse de ello hasta la hora de su muerte. |
L'Aiglon de Edmond Rostand
¡ Tómame, sí, "Wagram !... Soy el rescate. Un hijo que se ofrece por los hijos que cayeron aquí. Mi pecho late de todos sus dolores y congojas... ¡ Alzame, blanco, entre tus manos rojas! Lo sé... Lo quiero... Veo que la hora llegó. Ya estoy rendido. El sacrificio aguardo y lo deseo. ¡Blanco como una hostia es mi vestido |
L'Aiglon de Edmond Rostand
Hoy, como el mar, tiene clamores la tierra y canta trágicos conciertos; hoy, como el mar, refiere sus horrores; hoy, como el mar, la tierra ¡ da sus muertos ! ¿Qué dicen, arrastrándose en la sombra?... |
L'Aiglon de Edmond Rostand
Alas me da el amor... La fe... ¡Me espera mi hermosa capital! ¡ Sol sobre las banderas ! ¡ Multitudes a mi entrada triunfal en los Campos Elíseos apiñadas para verme pasar! ¡ Para aclamarme, para amarme, para adorarme venís! ¡ Será como besor a Francia entera el beso de París! |
L'Aiglon de Edmond Rostand
Ese labio tiene la misma mueca de desdén y arrogancia de la mujer decapitada en Francia. ¿Puedes mirarte ahí sin que del fondo del espejo tu raza se levante?... Mira... Es Juana la Loca, allá en lo hondo, y ese del rey el lívido semblante. |
L'Aiglon de Edmond Rostand
De él no tenéis nada. Buscad, buscad. El quiso con nuestra sangre vieja y agostada ennoblecer la suya. Y sólo ha hallado melancolía, languidez, tristeza. Sólo desgracia, en fin, nos ha robado. |
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L'Aiglon de Edmond Rostand
Ya encontrasteis la frase punzadora que disipa el orgullo en un segundo. Mas no es puñal vuestra palabra ahora; no es puñal, sino espuela. Látigo que, cruzándome la cara, en mí el orgullo y el poder revela más fuerte que jamás. De g!oria avara mi sed ha de calmar hasta el exceso... |
L'Aiglon de Edmond Rostand
Cariño, no ; odio siempre me has tenido. Odio porque te ha vencido... Porque aquí Wagram soy yo... |
L'Aiglon de Edmond Rostand
Sería tan hermoso que un abuelo, por mimar a su nieto, de la Historia detuviera, valiente, el raudo vuelo y un Imperio le diese... |
L'Aiglon de Edmond Rostand
i Qué raro sois!... Por vez primera os veo... ¿Algo alegre? ¿Algo joven?... ¡Gracias!... |
L'Aiglon de Edmond Rostand
yo, sin poder, sin títulos, sin gloria; yo, que soy el recuerdo de una lejana historia; yo, prisionero, enfermo, desterrado ; yo, al frente no puedo galopar de la tropa valiente, constelando a los héroes de estrellas y de cruces; pero, hijo de aquel sol, pienso que de sus luces aun quedarán en mí los reflejos de oro. |
L'Aiglon de Edmond Rostand
Hay que verla, señor, en el pecho colgada. Es de oro y de esmalte. Con su cinta encendida una joya parece que brota de una herida. |
L'Aiglon de Edmond Rostand
Nosotros, los ignorados, los pequeños, los oscuros... ¡En los combates seguros y en la victoria olvidados!... |
L'Aiglon de Edmond Rostand
¡Qué queréis!... El vencer es muy hermoso; pero vivir lo es más... Siempre la lucha !... ¡ Siempre a caballo !... ¡ Siempre contra todos ! ¡ Y empezar otra vez ,. ¡Y empezar siempre! ¡ Estábamos cansados ! |
L'Aiglon de Edmond Rostand
¡Duque de Ragusa, le vendiste! Tú. ¡ Su amigo ! Comprendo que los otros, ¿por qué no yo?, dijesen envidiando su gloria. Pero tú... ¡tú! cuando todo lo que eras le debías, pues te amaba hasta tener celosos a sus soldados... Mariscal te hizo casi a los treinta años. |
L'Aiglon de Edmond Rostand
Lejos el tiempo está en que Fanny se aprendía, para instruirme, cosas de memoria. Después conseguí libros. Cada día la buena Archiduquesa me traía uno, muy escondido, que yo, una vez leído, sobre el dosel lanzaba de mi lecho, durmiendo así de historia bajo un techo. Y todo aquello en paz de día estaba; pero al dormirme yo, se despertaba. y batallas, y encuentros, y gloriosas hazañas de sus páginas salían, y en hojas de laureles, victoriosas, Jena, Austerlitz, mis sueños envolvían. |
L'Aiglon de Edmond Rostand
i No estoy malo !... ¡Un ahogo... De gritar en la parada... Mil gracias ¡Sois muy amable!... ¡Arreglar en persona mis papeles!... ¡ Qué mimo!... Y eso además de darme vuestros agentes por lacayos... ¡Qué bondad! ¡Qué ternura!... |
L'Aiglon de Edmond Rostand
¡ Padre mío, perdonadla!... Ved que su perdón os pide el que por todos os ama!.. |
L'Aiglon de Edmond Rostand
¿Quién soy? Si no lo sé yo interno ! ¡Cualesquiera!... Uno cansado de esta vida de necio y aplastante prosaísmo que a ratos sueña, y que soñando olvida la realidad estúpida y grosera. Lo que soy no lo sé : ¡ Saberlo, fuera mi suerte, pero nunca lo he sabido y por eso, sin rumbo conocido dejo lo real buscando la quimera! ¡ Quiero luchar ! Quisiera alcanzar gloria o morir combatiendo... |
La edad de la inocencia