El libro de las costumbres rojas de Díaz Castelo
Pienso que así funciona el recuerdo: las luces de la memoria se van apagando, una a una, hasta que sólo queda un espacio reducido cuya luz, tenue y ambarina, se aferra a los pocos objetos que sobreviven intactos y ni siquiera son, para nuestra zozobra, los más significativos.
|