La biblioteca prohibida de Connis Dave
Los libros son salvajes, no puedes controlarlos. Las personas son salvajes, tampoco puedes controlarlas. Júntalos y no puedes saber lo que ocurrirá, pero tú no eres responsable de eso.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Los libros son salvajes, no puedes controlarlos. Las personas son salvajes, tampoco puedes controlarlas. Júntalos y no puedes saber lo que ocurrirá, pero tú no eres responsable de eso.
|
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
¿Por qué había pensado que alguien no podía sufrir? El sufrimiento es como la lluvia, que cae y gotea por todos lados. No queda un solo lugar que no moje, entonces ¿por qué se consideraba aceptable descartar el dolor de una persona por considerar que era poco? Era como si creyéramos que existía un criterio universal para lo que deberían ser los niveles de sufrimiento de una persona antes de sentir empatía por ella.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Siempre había supuesto que las personas que no experimentaban un libro de la misma manera que yo no lo estaban observando correctamente. No lo entenderían, lo malinterpretaban. Pero, de pronto, comprendí que había un contexto que tener en cuenta. ¿Acaso era yo una privilegiada por poder adorar los libros en los que el dolor fluía de manera abundante sin sentir más desesperanza? ¿Era un privilegio o simplemente cambiaba de una persona a otra? ¿O ambas cosas?
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
—Compasión y pasión —recitó mamá como leyendo mis pensamientos—. Te alzas en defensa de algo porque crees, no porque quieres ganar. No quiero que añadas más odio a este mundo. Eso es todo. Tenemos suficiente. Puedes protestar, cuestionar. Pero alzarte en contra de algo o de alguien puede transformarse en odio a eso mismo que intentas cambiar sin que te des cuenta. Si quieres cambiar algo, el odio es el peor lugar desde donde comenzar.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
¿Existía al menos una cosa que fuera constante? ¿En algún lugar?
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
¿Acaso estaba convirtiendo los libros en armas? ¿Ganar era suficiente? ¿Era lo único que quería? La sensación se instaló dentro de mí. No. Ganar no era suficiente para la Bibsec. Necesitaba un nuevo motivo para continuar. Un motivo mejor. Y debería haber sido un poco más fácil encontrarlo: yo creía en los libros. Era Clara Evans, la chica que adoraba los libros. ¿Por qué me resultaba tan difícil? Todo continuaba siendo tan complicado como cuando había comenzado. |
La biblioteca prohibida de Connis Dave
No podía dejar de percibir el desorden con cada movimiento y cada pensamiento. Una vez que descubres que algo es caótico, no hay vuelta atrás. Siempre será así. Caótico.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Es curioso el poco tiempo que tenías para leer cuando estabas ocupada ayudando a otras personas a leer.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
¿Qué haces en un lugar en el que todos los engranajes que lo hacen funcionar tras bambalinas están corroídos? ¿Qué haces en un lugar donde te dicen una y otra vez que eres importante, pero una vez que das un paso en público para tratar de mostrar tu importancia, te empujan nuevamente dentro de tu jaula?
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Qué triste que era cuestionárselo todo, todo el tiempo. Era agotador golpear la superficie de las cosas pensando que era madera maciza y terminar descubriendo que era enchapado.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Qué buena manera de vivir: sentirme emocionada ante la idea de recordar frases provocadas por los libros.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Supongo que era algo raro de asimilar, el aspecto comunitario de los libros. Se volvían tan cercanos para uno, tan arraigados en tu alma, que a veces parecía que se volvían inéditos. El código de barras y el recuerdo de haberlo comprado junto a otros cinco ejemplares habían desaparecido. En algún lugar, a lo largo de las páginas, empezabas a creer que eras la única que había leído esas palabras y que no podía haber existido ninguna otra persona a quien ese libro le hubiera hablado tanto como a ti.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
En general las cosas que vale la pena notar son las que más pasan desapercibidas. ¿Los videos de gatitos, en cambio? ¡Atención! ¿Un discurso profundo? Nop. ¿Un video de un gatito cayendo accidentalmente detrás de un sofá? ¡ADELANTE!
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
—La próxima vez —aconsejó remarcando cada palabra con seriedad—, cuestionad, protestad. No aceptéis las cosas sin decir nada. El tiempo no cambia las cosas, las personas lo hacen. El tiempo se adapta.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Para la mayoría, es fácil mirar hacia atrás y alabar a aquellos que lucharon por los derechos de los demás. Las protestas de la historia son mucho más fáciles que aceptar que las del presente. La historia no nos exige nada, ni siquiera es necesario que sepamos lo que pasó. Pero ¿el presente?, lo requiere todo de nosotros.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
La gente puede hablarte aunque no te caiga bien, no seas una de esas personas que odian a los que odian a los demás.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Yo era una lectora empedernida. No había ningún aspecto de mi vida que no hubiera estado guiado por un libro y, en su mayoría, había sido un viaje ininterrumpido. Nadie, especialmente mis padres, me había dicho que leer era raro, que estaba mal o que debía tener cuidado con los libros que dejaba entrar en mi cerebro.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Cada libro me hizo quien soy. Cada página me construyó pieza por pieza.
|
La biblioteca prohibida de Connis Dave
Había construido mi completa —aunque relativamente corta— existencia alrededor de los libros. No porque no tuviera amigos, sino porque desde que aprendí a leer, los libros habían marcado mi vida.
|
Gregorio Samsa es un ...