La biblioteca prohibida de Connis Dave
Supongo que era algo raro de asimilar, el aspecto comunitario de los libros. Se volvían tan cercanos para uno, tan arraigados en tu alma, que a veces parecía que se volvían inéditos. El código de barras y el recuerdo de haberlo comprado junto a otros cinco ejemplares habían desaparecido. En algún lugar, a lo largo de las páginas, empezabas a creer que eras la única que había leído esas palabras y que no podía haber existido ninguna otra persona a quien ese libro le hubiera hablado tanto como a ti.
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