Juego de seducción de Christine Wells
—Eres una mujer excepcional, Sarah. Nunca creí que la dama que me rechazó tan cruelmente hace unas pocas semanas fuera capaz de decir esas palabras. Y mucho menos sentirlas de corazón. Vane le acarició la mejilla con la punta de los dedos. —Pero estaba equivocado. Te he visto afrontar y superar todos los obstáculos que la vida te ha puesto por delante, y me he maravillado con tu fuerza y tu orgullo. Te he querido, he deseado y he amado desde siempre, o ésa es la sensación que tengo. Y, al final, he ganado —dijo. Y con la voz ronca por la emoción añadió—: Y no pienso dejarte escapar nunca más. |