Christiane Vadnais ha tejido un texto humedo, siniestro, alucinado. Se pega a nuestra piel como con una sensación de cuerpo extraño en lo que nada es lo que parece. Una Naturaleza hostil, viscosa e inexplicable nos provoca un miedo atávico. Si le añadimos unos cuantos personajes perturbadores tenemos una novela extraña y seductora. Una edición exquisita de Volcano Libros con la traducción de Marta Cabanillas y una ilustración de portada magnífica de Kateryna Kowarzh. |